Otoño de 1777. Un año después de la Declaración de Independencia americana, Filadelfia, la capital de las colonias rebeldes, que está a punto de ser ocupada por las tropas británicas del general Howe, es una ciudad en guerra: no solo entre las tropas rebeldes americanas y el ejército británico, sino también entre sus propios habitantes; una guerra que divide y desgarra familias y que engendra todo tipo de traiciones. Ese invierno, no solo a través de los campos de hielo y fuego de Forge Valley, el olor a pólvora de Germantown y el tronar de los cañones sobre Fort Mifflin, sino también en los lujosos salones de Filadelfia, se reescribirá la Historia, cambiando la fortuna de rebeldes y patriotas para siempre.