Decía Walter Benjamin que el significado auténtico de la historia solo brilla en tiempo de peligro. Nuestra actual crisis ha sacado a la luz la indefensión de una sociedad que creyó posible olvidarse de sus propios fundamentos éticos y ha hecho ver con claridad las actitudes irresponsables, la frivolidad con la que se ha manejado una preciosa herencia nacional y el absurdo de un anticatolicismo disfrazado de laicidad. Somos la única civilización que se avergüenza de sí misma, somos la única nación que renuncia a su historia. En esta hora grave de España, Católicos en tiempos de confusión, el nuevo libro de Fernando García de Cortázar, es un manifiesto a favor de que el humanismo de tradición cristiana vuelva a ser la referencia que nos defina, de tal forma que nuestros valores, los propios de la civilización occidental, recuperen su hegemonía. Que se reconozcan como los más identificados con las ideas de libertad, justicia social, progreso colectivo, y conciencia histórica. Este es el espacio moral, desde el que la obra del catedrático de Deusto invita a los españoles a abandonar su resignada desidia e iniciar una tarea de reconquista de todo aquello que en un tiempo no lejano los distinguía.