El Concilio Vaticano II ha sido uno de los acontecimientos centrales del siglo pasado, y no sólo para la vida de la Iglesia. No en vano ha suscitado una vastísima bibliografía y una controversia extremadamente dilatada, tanto en el espacio como en el tiempo. En contra de lo que podría pensarse, tanta profusión ha logrado escasos frutos en cuanto al esclarecimiento del hecho en sí, de su origen y sus consecuencias, dando lugar a interpretaciones partidistas o radicales en uno u otro sentido. Una de las tareas más complicadas en el estudio de la historia se cifra en no aturdirse ante las consecuencias de los hechos. Si bien es cierto que éstas nos pueden servir de termómetro o aviso de que algo ha ocurrido, lo más importante –y lo más difícil– consiste en esclarecer cuáles son las raíces en las que se alimenta el árbol. Es esta empresa, precisamente, la que afronta con éxito PHILIP TROWER, y se presenta en este volumen, aportando uno de los análisis más completos y preclaros sobre la crisis y situación de la Iglesia en el siglo XX. No es posible afrontar el futuro sin conocer la causas verdaderas de lo que ha sucedido. Esto se debe realizar desde el amor a la Iglesia y desde el deseo de seguir edificando sobre la roca de Pedro, pero también desde la claridad y rigor que el tema requiere.