Los rincones más especiales de una casa sirven a esta magnífica autora como pretexto para recordar y recrear, a través de un verso sencillo y lleno de emotividad, imágenes guardadas en la memoria. El cuarto oscuro, las ventanas, el trastero... se llenan de lirismo y de vida a través de un lenguaje poético tan cercano al niño que le resultará un juego. La magnífica ilustración ha sabido captar toda la plasticidad y emotividad de la particular atmósfera creada por la autora.