El 26 de abril de 1937, aviones alemanes e italianos bombardearon la villa de Guernica hasta provocar su completa destrucción. Desde el primer momento, esta acción militar se convirtió en un mito de la lucha contra el fascismo y en una condena permanente del régimen del general Franco, simbolizada por el famosísimo óleo que Picasso pintó para la Exposición Universal de París. Ochenta años después, la situación no ha variado y la gran pregunta que gira en torno a esta operación aérea todavía no ha recibido respuesta: ¿por qué fue bombardeada Guernica? Para responder a esta cuestión se plantean otras muchas de enorme importancia: ¿cuál era el verdadero objetivo del bombardeo?; ¿existía una justificación militar o fue solo un experimento táctico?; ¿actuó de forma autónoma la Legión Cóndor?, y si fue así, ¿por qué?; ¿supo Franco con antelación que se iba a producir el bombardeo y la intensidad que tendría, o se enteró con posterioridad?; ¿existió una conexión de la acción militar con las tensiones políticas entre los generales Mola y Franco en la zona sublevada?; ¿fue el fracaso de las negociaciones entre los sublevados y la dirección del Partido Nacionalista Vasco una de las causas del bombardeo?; ¿por qué los sublevados trataron de ocultar su responsabilidad en los hechos? De lo que no hay duda es de que estamos ante uno de los acontecimientos de la Guerra Civil española que más controversia ha provocado entre los historiadores y en la opinión pública. Analizar y comprender lo sucedido, sus orígenes y sus consecuencias, sigue siendo una tarea prioritaria para valorar nuestro pasado reciente en su justa medida.