En las últimas décadas han ido apareciendo abundantes estudios e investigaciones cuyo objeto era analizar cómo en nuestras sociedades el poder y el saber se han conjugado casi siempre en masculino y cómo el androcentrismo lingüístico y cultural ha construido a lo largo de los siglos, y aún construye hoy en día, la discriminación de la mayoría de las mujeres en el espacio de lo íntimo, en el territorio de lo doméstico y en el escenario de lo público. Condenadas al silencio y al anonimato durante demasiado tiempo, las mujeres comienzan a ejercer al fin su derecho a la palabra, a entender y a nombrar el mundo en femenino y a atribuirle sentido a partir de sí mismas. En el mundo de la educación las luchas a favor de las niñas y de las adolescentes han tenido un eco tardío e insuficiente aunque sea posible constatar ya algunos indicios esperanzadores. Sea como fuere, aún estamos lejos de una escuela capaz de educar a unas y a otros sin sesgos androcentristas. De ahí algunos interrogantes aún vigentes: ¿es la escuela una institución que fomenta la igualdad de derechos entre los sexos o un escenario en el que el orden simbólico sigue siendo masculino? ¿Contribuyen los usos de la lengua a la desigualdad sociocultural de las mujeres? ¿Cómo son las interacciones en las aulas? ¿Quién habla a quién, cómo, cuánto y de qué manera? ¿Es posible cambiar la educación sin que ello afecte a las asimetrías de género? Quienes colaboran en este libro, en el que de forma continua se alude a conceptos hoy esenciales en la pedagogía feminista (como género, igualdad, diferencia, androcentrismo, estereotipos sexistas, orden simbólico, coeducación...), intentan encontrar algunas respuestas a estos y a otros interrogantes. En una coyuntura como la actual, en la que las indagaciones feministas y las mediaciones pedagógicas oscilan entre el énfasis en la igualdad entre mujeres y hombres y el énfasis en la diferencia sexual, este libro agrupa a personas con diferentes enfoques y trayectorias pero con una voluntad común de ir construyendo entre todas y entre todos una educación en la que sea posible conjugar el derecho a la diferencia con la igualdad en los derechos.