La historia comienza cuando... ...el capitán Van Toch descubre a las salamandras. Éstas son, en efecto, salamandras, pero muy particulares: pueden caminar erguidas, tienen un tamaño considerable (aproximadamente el de un niño de diez años) y son capaces de aprender cualquier tipo de labor técnica hasta niveles increíblemente complejos de ingeniería. El capitán Van Toch tiene entonces la idea de adiestrarlas para que extraigan perlas. Se pone en contacto con el señor Bondy, un industrial que no cree una palabra de Van Toch en lo que a las salamandras se refiere, pero que acepta comprar un barco y contratar al capitán para aumentar las líneas comerciales de su compañía.