El período de la monarquía británica que cubre la novela es una época de conspiraciones dinásticas y de encarnizadas luchas contra la hegemonía francesa en Europa. La implicación personal y la crítica cercanía del "autor" de estas memorias convierten su experiencia en la irónica historia de un hombre que habrá de deponer una de sus principales lealtades en su camino hacia una especie de desesperada serenidad.