Jesús era un gran maestro y les contó muchas parábolas a sus discípulos para enseñarles, mientras andaba con ellos por los caminos de Israel. Nosotros tenemos que pedirle que prepare nuestro corazón para sacar el máximo provecho de su lectura y para aplicar las parábolas a nuestra vida. Así avanzaremos en el camino hacia el Reino de los Cielos, animando a todos a seguir a Jesús.