Cristóbal Macassoli nació en Milán a comienzos del siglo XV. A los 20 años se hizo franciscano y fue insigne por su predicación y santidad y por su entrega generosa al ministerio apostólico. Después de una vida activa, fijó su residencia en el convento de Santa María de las Gracias en Vigevano. Murió el 5 de marzo de 1485 a los 85 años de edad.