Estas dos santas cartaginesas llevaron gran fama en los primeros siglos de nuestra Iglesia por quedar relatado por escrito su martirio. Perpetua pertenecía a una rica e influyente familia cartaginesa. Con ella se convirtieron también sus esclavos: Felicidad, Revocato, Saturnino y Segundo. En la persecución ordenada en el año 202 bajo el emperador Septimio Severo, fueron detenidas Perpetua y Felicidad. Perpetua, matrona de unos veinte años, era madre de un niño de pecho, y Felicidad, su sierva, estaba entonces embarazada, por lo cual, según las leyes no podía ser martirizada hasta que diese a luz, y al llegar el momento, en medio de los dolores del parto se alegraba de ser expuesta a las fieras. Murieron martirizadas en Cartago tal día como hoy en el año 203.