San Desiderio en latin Desiderius, aceptó ser obispo desde muy joven. Cuando su Apostolado era brillante, se le presentó Brunehaut, la mujer que gobernaba Austrasia en nombre de su nieto Thierry II. Desiderio tuvo que atacar con dureza los vicios de la corte y la gobernanta convocó un concilio en Chalon con la única intención de que este hombre de Dios se callara. El santo obispo se encontró a una mujer llamada Justa que le acusó de violación. Desiderio fue condenado al exilio. Pero resulta que la mujer y su cómplice murieron a los tres años de su falsa acusación. La reina vio en ello un castigo del cielo. Temiendo igual suerte para ella, hizo que Desiderio volviera a su sede episcopal.