Esta obra recoge un conjunto de ensayos que son fruto del diálogo en múltiples encuentros y que giran básicamente en torno a tres núcleos esenciales de la vida religiosa: la espiritualidad, los votos y la misión. De esta forma, el autor pretende arrojar un poco de luz sobre la realidad y el futuro de la vida religiosa, una vida que sigue inquieta, mejor dicho, siguen inquietos muchos de sus miembros. Esto puede ser una buena señal. Puede significar que sigue buscando y procurando su propia identidad y su misión. Pero también puede ser una mala señal. Lo será para quienes viven esa inquietud como zozobra y desasosiego, como malestar angustioso, como sentimiento de culpa. La conclusión es clara: la vida religiosa necesita religiosos y religiosas cada vez más responsables y menos atrapados por el sentimiento de culpa.