Dije: «Dios, me duele.» Y Dios dijo: «Lo sé.»

Dije: «Dios, he llorado tanto …» Y Dios dijo: «Para eso es que te dí lágrimas.»

Dije: «Dios, estoy tan deprimida …» Y Dios dijo: «Por eso es que te dí el brillo del sol.»

Dije: «Dios, la vida es dura.» Y Dios dijo: «Por eso es que te dí a seres queridos.»

Dije: «Dios, mi ser más querido murió … » Y Dios dijo: «El mío también.»

Dije: «Dios, es una pérdida tan grande … » Y Dios dijo: «Vi al mío clavado en una cruz.»

Dije: «Dios, pero tu ser más querido vive … » Y Dios dijo: «El tuyo también.»

Dije: «Dios, ¿dónde están ellos ahora?» Y Dios dijo: «El Mío está a mi mano derecha, el tuyo está en la Luz en tus recuerdos.»

Dije: «Dios, duele.» Y Dios dijo: «Lo sé.»

Estas palabras estaban en una pared en la ciudad de Oklahoma, en el lugar donde se había producido un tiroteo.