San Quintín fue hijo de un prestigioso senador romano llamado Zenón que vivió en el siglo III, la fecha del martirio algunos la sitúan en el año 287 y otros en el 303. Cuando el Papa San Cayo organizó una expedición de misioneros para ir a evangelizar a las Galias, Quintín fue escogido para formar parte de ese grupo. Cuentan las tradiciones que Quintín había recibido de Dios el don de sanación, y así al imponer las manos lograba la curación de ciegos, mudos, paralíticos y demás enfermos. Eran muchas las personas que se convertían al cristianismo gracias a sus prédicas que realizaba desde las plazas públicas y en los diferentes sitios donde ayudaba a los más necesitados. Quintín fue apresado por dos veces, la segunda muriendo tras duras torturas.