Dios es nuestro Padre siempre y en todas circunstancias

Sucedió en un Campamento Militar, Valencia. 

Angelo se prestaba para
jurar bandera junto con 1500 reclutas más. 
Era el Día de la Jura y todos
ultimaban preparativos. 
Llegaron las autoridades militares; entre ellas
el Capitán General de la región militar, a la sazón su padre. 
Después
de jurar el C. Gral quiso saludar a su hijo y lo llamó. Aunque no le
hizo gracia, Angelo recibió un abrazo de su padre entre las miradas
de aprobación de los oficiales. 
De pronto la madre de Angelo propone el
visitar los barracones donde su hijo había pernoctado durante el campamento. 
 Ante tan desusada petición maternal, apoyada por la mirada indulgente
del C.Gral., la comitiva se dirige lentamente hacia el barracón,
mientras conversan. 
Queda lejos Angelo que, aprovechando el tumulto, ha
podido escamotearse y marcha a lo lejos en dirección contraria. 
El C.Gral. se para y le busca con la mirada. 
Le ve a lo lejos y le
grita: -¡Angelo! Ven aquí… 
Se callan todos y Angelo se aproxima tímido
y sonrojado. 
Al llegar le dice sólo a su padre, entre dientes: -Papá,
¿no te das cuenta de que tú eres el C.General y yo un simple soldado? 
El
padre, tomándole del codo con cariño, le impulsa a seguirle y le dice
bajito: 
– Sí, hijo, pero yo soy tu padre.