Qué fuerte: Vivía con su hermana sin darse cuenta de que estaba muerta.
Una mujer convive un día con su hermana en su piso de Valencia sin saber que está muerta. La fallecida, de más de 80 años, nunca salía de casa y sólo recibía la visita de sus sobrinos. Las hermanas Alabau no salían de casa nunca. Sólo recibían la visita semanal de sus sobrinos. Estos se acercaron ayer al piso de sus tías en Valencia. No abrían. Los bomberos forzaron la puerta. Dentro del hogar, los sobrinos descubrieron el cadáver de una de las ancianas. La superviviente no se percató de la defunción de su hermana.

Se puede residir en una comunidad de vecinos sin conocer al inquilino de enfrente, sin saber a qué se dedica el morador del piso de abajo y sin tener ninguna de cómo viven las vecinas del piso de arriba. Algo así, pero con un final letal, sucedía en la finca situada en el número 14 de la calle Horticultor Corset de Valencia.

A la fuerza
La puerta 13, séptimo piso, del número 14 de la calle Horticultor Corset se abrió ayer a la fuerza. A las nueve horas de la mañana, los sobrinos realizaron la visita a la que acostumbraban. Metieron la llave en la cerradura sin éxito. Llamaron al timbre y nadie abrió la puerta. Recurrieron a los bomberos para intentar entrar en el piso. La desgracia se olió. Los bomberos consiguieron abrir la puerta. Uno de los sobrinos preguntó a su tía dónde se encontraba su hermana: “Está por ahí dentro, por la casa”, contestó. La señora no se equivocaba. Su hermana estaba en su hogar, pero muerta.

¿Cuáles han sido las causas de la muerte? La policía baraja dos hipótesis: un accidente doméstico o una enfermedad. Habrá que esperar al resultado de la autopsia. ¿Cuánto tiempo permaneció inerte en su propia casa sin que su hermana lo apercibiera? Las mismas fuentes señalaban que el fallecimiento de la señora se pudo haber producido ayer o el pasado viernes.

Mañana alterada
Este trágico suceso alteró la mañana a los vecinos de la tranquila plaza. Según los testimonios de los residentes del bloque de viviendas, “no era la primera vez que los bomberos abrían la puerta número 13, ya que el pasado mes realizaron la misma tarea”.

Las hermanas Alabau, que hace años eran tres junto con Concepción que ya falleció, llevaban una vida en la más estricta intimidad, aunque algunos vecinos confesaban que entre ellas discutían. Apenas tenían relación con otros inquilinos. “Nosotros respetábamos su soledad”, aseguraban los residentes. “El año pasado no las vi, pero imagino que saldrían aunque yo no las viera”, explicaban. Hoy una de ellas abandonó definitivamente su hogar. A las 14.40 horas, su cadáver era transportado por dos trabajadores del retén fúnebre.
C. V. M./VALENCIA